¿QUIÉN ESTÁ AHÍ FUERA?

Siendo adolescentes, nos habíamos prometido las cinco amigas, no perder nunca nuestra amistad, y cuándo fuésemos mayores, reunirnos dos veces al año, desde donde estuviésemos. Cada una quería estudiar una carrera diferente y sabíamos que nos tendríamos que separar algún día.

Y así ha sucedido, dos veces al año, una en Madrid, y otra en nuestro pueblo, nos hemos reunido hasta hoy. Nos hemos casado, tenido hijos… y en ese contacto de amistad sincera se incluyeron ellos, con la maravillosa alegría que esto nos ha aportado siempre, incluso hemos querido hacer de “Celestinas” con nuestros hijos, pero eso no se nos ha dado bien y no hemos logrado que se enamoren unos de otros a pesar de ser los mejores amigos del mundo, cada uno está eligiendo su propio camino.

El pasado agosto, elegimos la garganta de Alardos en Madrigal de la Vera, un entorno de ensueño, estábamos pasado el día compartiendo noticias, cotilleos y como siempre, nos parecía increíble, continuar tan unidas por la promesa qué nos hicimos un día.

 Era la hora de más intenso calor y nosotras nos habíamos refugiado bajo la sombra de los sauces silvestres que jalonan la garganta, donde no queríamos ni hijos ni maridos… sólo estar nosotras para hablar de todo.

De pronto Sol, dijo muy seria- Tengo que contaros algo que me ha ocurrido y necesito decíroslo. Yo dije en broma, -Venga, adelante, sabes que somos las cinco mosqueteras, una para todas y todas para una…Y dijimos las hipótesis más absurdas que se nos ocurrieron, riendo, hasta hacerla reír a ella, incluso la casamos con un rey…

Y Sol comenzó.- Os prometo que todo lo que voy a contar me ha ocurrido hace menos de un mes y aún estoy cagada de miedo. Había pasado la tarde en Saucedilla con mis padres y a las 12 de la noche cogí el coche para volver a casa (Saucedilla está a 14 km de mi pueblo) conducía despacio, y cuando iba a salir a la carretera comarcal, atropellé a una persona que cayó en el capó y quedó tendida en él. No sé de donde salió, yo iba muy despacio y no le vi y pensé.

¡Dios mío le he matado, le he matado!
El miedo me paralizaba y no podía salir del coche, el qué no se moviese me llenaba de terror… Nosotras nos sumergimos en lo que Sol contaba, sólo se escuchaba el fluir del agua y el cantar monótono de las cigarras y su voz donde aún se percibía el miedo.

-Después de asumir lo que había hecho… iba a abrir la puerta del coche, cuando la figura caída en el capó, se incorporó, se puso en pie y me miró muy fijamente, fue alucinante, era un ser con la cara totalmente blanca y unos ojos rojos qué me llenaron de miedo y comencé a gritar, ese ser, iba cubierto con un vestido oscuro, con capucha que tapaba su cabello también blanco…

¡ No, no era de nuestro mundo, sus ojos me miraban con maldad, y yo aterrorizada eché el seguro del coche y comencé a gritar pidiendo socorro sin reaccionar para dar marcha atrás…!

No sé cuantos minutos pasaron, esa cosa me miraba fijamente, me hipnotizaba, mientras yo continuaba aterrada, y de pronto lentamente comenzó a alejarse del coche… y esto sí que ya me desbordó, no caminaba como nosotros, ese vestido le tapaba los pies, pero se deslizaba sobre el suelo como si fuese subido en un patinete, a pesar del miedo que tenía no podía dejar de mirarle.

  Os puedo decir que no era humano, nadie anda deslizándose … y así desapareció por la carretera que enlaza Saucedilla con Almaraz y a su Central nuclear.

-Aterrorizada volví a casa y se lo conté a mi padre, él me escuchó y lo más sorprendente fue lo qué me dijo, -Que me creía, porque algunas personas del pueblo, también se habían encontrado con este ser que no sabían de donde salía y se perdía levitando por la carretera… 

Y aquí tenéis a la imbécil de vuestra amiga, muerta de miedo, por si me vuelvo a encontrar con esa cosa cuando voy a ver a mis padres. ¿Qué os parece?

El silencio se hizo dueño de nuestras palabras, ninguna sabíamos que decir, creíamos totalmente a Sol, pero nada del ser al qué había creído atropellar. 

Nuestras hipótesis no tenían ninguna base, hablábamos sin saber qué decir, yo dije que mi amigo Álvaro había tenido un encuentro parecido por una carretera de las Hurdes y aún le producía miedo contarlo porque tampoco supo qué era aquella cosa…

Algo nos quedó muy claro a todas, (somos personas adultas, con cultura) y dijimos que existían otras realidades qué desconocíamos, qué estaban ahí, pero no eran del mundo que nosotros habitamos… 

Sol había vivido algo real, pero totalmente desconocido, qué nos llevó a decir…

¡Algo hay ahí fuera! ¿Qué es?¿De dónde vienen?