La historia está basada en un hecho real.
Julián se asomó a la ventana de la gran cocina, continuaba nevando copiosamente y dijo preocupado a su mujer- Cómo continúe esta nevada voy a tener que ir a echar algunos haces de cebada a las vacas, van ya tres día de nevada - Bueno, pueden esperar un día más, ellas son capaces de encontrar la hierba debajo de la nieve y así comer, dijo su mujer. Disfruta de los niños te esperan para jugar con ellos y que les ayudes con su muñeco de nieve, anda tómate un día de descanso y ve con ellos. Julián era el guarda de la dehesa y debía atender a las vacas que cuidaba.
Los niños dos gemelos de cinco años alborotaban y reían sin lograr que su pequeño muñeco de nieve quedase en pie, al ver venir a su padre la algarabía se hizo mayor y corrieron hacia su padre hablando y chillando como dos gorriones.
La nieve y un viento racheado les hizo entrar pronto en casa, el día se oscurecía por momentos y el frío habitaba todos los espacios.
La gran cocina les recibió con su agradable calor y el aroma de lo que Conchi estaba cocinando…¿-Mami puedo comerme algo rico? Dijo Cuca, tengo muuucha hambre.-si ella come yo también quiero dijo Daniel. –¡No! dijo Conchi, si culo veo culo quiero,
Venga, preparar la mesa, como os guste esa es vuestra tarea, y tu marido, ve por más leña de encina para que la fogata dure hasta mañana, vamos ya. -¡Vamos gorriones, cada uno a obedecer! Conchi, terminó de cocinar y miró lo bien que sus hijos habían puesto la mesa y dándoles unos besos les mandó lavarse para cenar. La cocina rezumaba amor, luz y calor, había un halo de paz que todo lo envolvía, y llenaba de felicidad la humildad con la que todo se había preparado. Al ir a bendecir la mesa, sonaron unos golpes fuertes, dados en la puerta de atrás, Julián, miro a Conchi supo que significaban esos golpes…
Con pasos pausados y respirando hondo, se dirigió a la puerta, los golpes volvieron a sonar más apremiantes y fuertes, Julián dijo –Voyyyy y descorriendo el gran cerrojo abrió la puerta… al hacerlo, pudo ver a dos personas que con sus pistolas le apuntaban directamente a la cabeza…
Julián conteniendo su miedo dijo- ¡Buenas noches! ¿qué desean ustedes?- Déjese de pamplinas, sabe de sobra quienes somos, somos maquis y queremos comida, si nos da toda la que nos podamos llevar, no le pasará nada. ¿quién está en la casa? –mi mujer y mis gemelos- ¿hay teléfono? no, no señor somos los guardeses de la dehesa y eso es muy caro para nosotros…después de un breve silencio Julián dijo- Pueden llevarse lo que quieran, tenemos gallinas, conejos, y un cerdo, pero… señores estoy pensando… ¿ por qué no pasan ustedes a cenar algo caliente, es una noche horrorosa y nosotros íbamos a cenar, no pueden tener miedo, como ven estamos aislados por la nieve y yo les doy mi palabra, que no haré nada que pueda perjudicarles, les vendría bien comer algo caliente…, ustedes estarán más fuerte con la comida. Los dos maquis se miraron y el que parecía el jefe dijo… ¿Y qué le dirá a su mujer y sus hijos? –que son ustedes pastores que se han perdido ¿les parece bien?...
Está bien, pero a la menor sospecha, esta, dijo guardando su pistola entra en acción .
-¡Hola- dijo Julián entrando en la cocina y mirando a su mujer, estos pastores se han perdido con la nevada, pon dos platos más que se quedan a cenar con nosotros,-.
-Vamos a comer todos que se enfría la sopa dijo Julián viendo que sus hijos habían aceptado muy bien a los dos maquis…La cena transcurrió con alegría a pesar de los nervios que los adultos tenían, los niños reían, se peleaban por tonterías y los dos maquis devoraron la comida, porque el hambre gritaba en sus estómagos. Poco a poco todos se tranquilizaron viendo que no había peligro por ninguna de las dos partes. El viento, el vendaval y la nieve, rugían en el exterior, y en la gran cocina solo había paz y armonía.
Cuando terminaron, los gemelos se caían de sueño y se quedaron dormidos sobre la mesa. Conchi les despertó y les llevó a su dormitorio.
El jefe de los maquis dijo a Julián-¡Gracias Julián, jamás olvidaremos su acogida, ni el cariño de sus hijos, con una cena que nos ha hecho recordar nuestro hogar! Nos echamos al monte creyendo que la resistencia podría traer pan para el pobre y justicia sin odios que corroen y decapitan al inocente, no han cazado como ratones...Esperen dijo Julián y salió de la cocina… volvió trayendo una saca con un queso, un lomo, dos hogazas de pan, cecina y botes de tomate, tocino y un costillar.-Esto es para ustedes, llévenselo, cuando se vayan, pero deberían esperar a mañana ya ven como está la noche…
- No, los compañeros nos esperan en los riberos del Tajo por ahí, llegaremos a Portugal, somos los últimos maquis que quedamos, nos han masacrado, estamos solos y tenemos que llevarles esta comida, están tan hambrientos como nosotros. La nieve no importa Julián, no queremos nada más, nunca olvidaremos lo que ha hecho por nosotros… ¡Un abrazo compañero! Y los tres se fundieron en un abrazo…la nieve continuaba cayendo con lujuria fuera de la cocina.
¡ Monumento a todos los que perdieron su vida por la libertad. !