¡ UN HOMBRE BUENO ! (La carta que nunca envié -2009)

      (In memoriam a Mariano Arroyo)

Querido Mariano...¡Con un dolor de cuchillos, creo que el mundo desde hoy es menos bueno porque faltas tú en él...!
 La noticia de tu asesinato, me llegaba esta tarde y me llenaba de dolor, de escarpias de hierro que me herían el alma desgarrando...
¡No lo podía creer, era un hachazo directo al corazón...y me ahogaban las lágrimas, como ahora...! ¡mi amigo! ¡Te debo tanto, si hoy soy la persona que soy, ha sido porque tú desde adolescente me enseñaste a caminar así...
 Y estás tan vivo en mi recuerdo, como lo estabas ayer, ahora, cómo lo estarás siempre...

Y continuo viendo tus ojos azules, escuchando tus palabras siempre de valentía, coraje y lucha, con las que me enseñaste que podía cambiar los senderos por donde caminaba, rompiendo cadenas de esclavitud, y sembrando semillas de esperanza.  

Sin saber que un hombre bueno como tú eras, qué rompe las cadenas de la esclavitud, qué está al lado de los pobres, de los que nada tienen... ¡tienen enemigos muy poderosos!
 ¡Y tienen también a la muerte muy cerca!

 Porque siempre hay sicarios devoradores de vidas que tienen las manos manchadas de sangre, siempre existirán “Judas” qué repetirán una historia ya sabida, a cambio de unas monedas de plata...

¡Mi amigo, no olvidaré jamás cuando viniste a nuestra casa desde Chile, sólo para que me pusiese en pie y saliese del dolor... para darme tu cariño, tu mano, tu apoyo, cuando me sangraba el alma rota por mi hijo perdido y yo me negaba a vivir sumida en un abismo…! 

Te recuerdo  también como la última vez que llegaste a casa, el año pasado cuando volvías a Cuba y te quedaste a cenar...¡te recuerdo partiendo el pan, en la cena, y bendiciendo el vino, como tantas veces hiciste...!

Estar a tu lado era saber con certeza la verdadera personalidad de Jesús de Nazaret, y ver luz en el camino, porque tú eras esa luz...
¡Eras la voz que despertaba las conciencias y mutilaba a los “fariseos”! y esto mi amigo es lo qué te ha matado... 

 Lo que no pudo la dictadura de Pinochet, cuando estabas en las minas de Copiapó, en Chile...al lado de los obreros, de los más pobres, de aquellos que tan sólo comen una vez al día, porque no hay para más...con los luchadores por una libertad prisionera...lo han podido ahora, no se sabe quién... 
¡Has estado en el ojo del huracán tantas veces...con la vida hipotecada!

¿Por qué...quiénes pueden torturar, asesinar y después quemar a un hombre bueno que ha estado siempre con los más oprimidos...?¿quién ha podido apuñalarte, darte un tiro en la nuca, y después intentar quemar tu cuerpo...? ¡en verdad eras un hombre bueno, y por eso te robaron la vida que era lo único que era tuyo...! 

¡No, esta noche no quiero hacerme más preguntas, el dolor me desborda...de heridas, de rabia, de impotencia, de tu sangre derramada sobre las frías baldosas de una iglesia a la que habías entregado toda tu vida!

¿Sabes Mariano? prefiero quedarme con la imagen de Blanca, mi hija, cuando con sus cinco añitos, la subiste en tus hombros, porque era la más pequeñaja del grupo, y seguido por los demás hijos de nuestros amigos, subisteis a “La Machota” de Zarzalejo, hasta la cima... 

 Era un día radiante de primavera, lucía el sol, el cantueso y la jara estaban en plena floración, y tú parecías “El flautista de Hamelin”... seguido de Álvaro, Javier, Elena, Marta, Rodrigo y Hugo...
qué cantaban alborozados una de tus canciones de montañero de tu querida Cantabria...
 ¡Mañana, cuando conozcan la noticia de tu asesinato...!
Volverán a evocar ese día de magia que les hiciste vivir, y a ti qué eras siempre su héroe... todos llorarán por ti...como yo lo estoy haciendo...

¡Continuarás vivo en todos nosotros...ve hacia esa luz, que tú ya viste una vez! 

¡Te querré siempre mi amigo...!