¡ Y LA NOCHE SE HIZO DÍA !

Talavera la Vieja, también llamada Talaverilla por sus habitantes, estaba situada en Extremadura, en la provincia de Cáceres, junto a la margen izquierda del río Tajo.

Talaverilla era la antigua ciudad romana de Augustobriga. Parte del pueblo fue construida encima de la romana, y en otros casos se aprovecharon los restos romanos que quedaban para construir el pueblo. Ambos fusionados en uno solo fueron anegados en 1963 por las aguas del embalse de Valdecañas construido sobre el río Tajo.

Cuando ha habido un verano muy caluroso o un año con pocas lluvias, las aguas del pantano descienden y se ven los restos del pueblo y con mucha paciencia y suerte, restos romanos que quedaron también bajo sus aguas. Para mi es un gozo infinito poder recorrer esos lugares donde hace siglos vivieron personas que amaban, trabajaban, nacían y morían.

¡Y… si las piedras hablasen se escucharían los ecos de sus voces, las risas de los niños, los cascos de los caballos romanos que recorrían la Vía de la Plata… !

Si cierro los ojos, sentada en los sillares romanos que no se rescataron y emergen de las aguas, en mi alma puedo sentir lo que mi imaginación recrea, pero lo que más me atrae de ese lugar, es que con la erosión de las aguas al estar sumergida bajo ellas el pueblo, casi siempre se encuentran restos de sigillatas romanas (cerámica)

que tienen más de 2.000 años de antigüedad y pertenecieron a los primeros pobladores de la ciudad romana de Augustobriga, y al tocarlas con mis manos, es como retroceder en el tiempo y llenarme de emocionados sentimientos.

¡ Me ríe el alma!

Y allí estaba yo, ya había recorrido las ruinas y ahora miraba como la tarde iba cumpliendo su jornada y el sol se ponía entintando de colores todos de oros el inmenso paisaje ¡era maravilloso! los cirros y cúmulos que perseguían al sol, se tornaban en cobrizos, escarlatas, y bruñidos nimbos que enamoraban con sus colores.

 Pensé que ya era el momento de marcharme de allí, y al atravesar el antiguo camino vecinal que unía Talaverilla con la carretera comarcal, noté que una intensa luz, blanquecina lo iluminaba todo, era como si la noche se hubiese vuelto día, su claridad, se extendía por todas partes,

 creía que debía ser la luz de la luna, aunque yo no la viese, porque el camino discurre entre recias encinas y alcornoques que impedían ver el horizonte.

Y al salir del boscoso camino la vi, era enorme, nacarada y con una luz que jamás había visto, la noche era como un día al amanecer, había un silencio de cristal lleno de armonías que acariciaban el alma, salí del coche y extendí mis brazos hacia ella en un impulso de admiración y gratitud por el momento que estaba viviendo.

Junto al coche, en el arcén, había matas de siemprevivas, que llenaban con su aroma el aire, cogí un ramo de ellas, porque me gusta secarlas y ponerlas en casa, me recuerdan siempre a mi tierra y mientras lo hacía, mi alma estaba presa de un encantamiento de luz, y amor.

Permanecí allí sentada en el arcén de la carretera, viendo como la luna enorme se iba elevando sobre el horizonte con su potente claridad, era un sueño de luz que nunca podré olvidar, todo era silencio y luz. Creía que la luna podía ser una superluna en su perigeo, que es cuando al rotar alrededor de la tierra, está más cerca de ella. La superluna es la coincidencia de una luna nueva o llena en el momento en que está más cercana a nuestro planeta, entonces se agrandada hasta un 14%, y su luz es un 30º/º mayor.

Recordé que en una superluna hay una mayor atracción sobre la tierra, las mareas en nuestros océanos, son mucho más grandes y esta fuerza ocasionan muchas veces, terremotos, maremotos, tsunamis... y además pensé que existen infinidad de leyendas asociadas a la luna llena, los hombres lobos, los vampiros, crímenes, mitos que llenaron de terror a nuestros antepasados.

¡ Pero lo que yo veía y vivía en esos momentos, era la paz al desnudo!

Al llegar a casa con mis trocitos de sigillatas, supe por la TV, que efectivamente, era una superluna, lo que había visto, y me impactó en el alma la pureza de su luz. 
 La próxima superluna ocurrirá el 18 de Febrero de 2015 durante luna nueva y esta estará a una distancia aproximada de 356,991 kms del centro de la Tierra.

¡Ojalá pueda volver a vivirla como lo hice el 9 de septiembre!