¡ OTOÑO !

Cómo cada ciclo inmutable desde la noche de los tiempos de eones de años...el otoño ha llegado un año más...! Ha llegado galopando sobre su unicornio de doradas crines con su larga capa flotando al viento, sus largos cabellos bruñidos y su larga barba cobriza y lo ha hecho cuándo todo dormitaba soñando aún con su hermano el caluroso y vacacional verano.

El otoño, con su paleta y su brocha de pintor impresionista, ha comenzado a colorear de tonos oros, sepias, rojizos, cobres y ocres, todo el verdor qué entintó la primavera.

 Le acompaña su inseparable amigo el duende del viento, un poco cabreado, por haber tenido que estar callado desde que el invierno, les obligó a huir con su aliento gélido y de escarcha, al Universo Invertido.

...Las hojas locas qué se columpiaban en los árboles cuchicheando secretos, ya revolotean pintadas de oro y han comenzado a caer al suelo valsando en ingrávidos compases anunciando su llegada, mecidas en brazos de un viento qué sopla y sopla entonando su eterna melodía, mientras en el azul del cielo nubes deshiladas cruzan raudas ensombreciendo las sementeras y dejando una estela de cambios y nuevos amaneceres teñidos de púrpuras!

¡Me gusta el otoño...me gusta perderme entre sus árboles con tonos bruñidos, dónde su paleta de oros, ocres, y colores sepias me llenan el alma de serenidades dónde se acrisolan vivencias y sentimientos...me gusta sentir en mi rostro el viento juguetón, y que mi cuerpo se empape con la suave llovizna qué le acompaña muchas veces...

El otoño es un ciclo de vida qué termina, dónde se recogen las últimas cosechas y todo el campo se deshace de aquello que ya no sirve...¡me gusta perderme en la armonía de sus ecos de oro, donde el alma vibra con la dulce melodía qué susurran los árboles acunados y mecidos por la brisa otoñal de sus atardeceres bruñidos!

¡Me gusta el otoño...me trae la serenidad de sentir más cerca lo que hay en mi corazón...meditar y hacer cambios, dejando ir en brazos del viento aquello qué me impide avanzar con las manos abiertas a nuevas esperanzas!

Es una época de cambios, de proyectos, de tirar viejos problemas, desamores, rencores, de mirar en la buhardilla del alma...y escuchar a mi cuerpo, lejos ya del bullicioso verano que me llenó de otras vivencias.
El otoño hace en mí una metamorfosis para tejer las
 alas de luz qué se fueron rompiendo recorriendo los senderos de la vida.

¡Me gusta el otoño...me encanta quedarme en casa algunos fines de semana, con mis amigos, con un buen libro, pintando ese cuadro qué aún no he terminado, o simplemente no hacer nada, y dejar que a mi alma le salgan nuevas alas, para poder realizar nuevos proyectos...

A veces siento una extraña melancolía qué me llena... una nostalgia de algo que ni siquiera conozco...y entonces me intento comprender mejor, querer mejor, vivir mejor y llenarme de nuevas energías...porque al igual que la Naturaleza necesita al Otoño... en igual manera le necesitó yo...para vivir con el equilibrio de este mundo al que pertenezco!

Me gusta el otoño... y perderme en los hayedos dorados, dónde comienzan a florecer los primeros narcisos policromados, los brezos, las gencianas, los colchicos, dónde el aire se aroma con el letargo del sueño que pronto llegará, pisar sobre la alfombra bruñida de hojas secas, sintiendo su leve crujido al caminar sobre ellas, escuchando en mi alma la llamada a la meditación, a la serenidad, a la luz desnuda qué todo lo baña, para renacer de nuevo en primavera. 

¡Sé bienvenido Otoño...con tus días de pálido sol, viento, llovizna, con tu llamada al alma qué se serena y escucha tus arpegios todos de oro...  traes el tiempo de la recolección de algunos frutos  que esperaban tu llegada…El aire se aroma de manzanas, membrillos, castañas, madroños y vides de rojizos colores y matices todos dorados.

¡Chisss, silencio que las hojas de los árboles han comenzado a cantar cuchicheando secretos qué sólo el alma puede entender y atesorar...!
¡ El otoño ha llegado!