¡ TERROR BAJO LAS AGUAS !

El sol huye hacia su ocaso entintando de oro y escarlata los cirros del poniente. Hay un silencio de cristal llenando los espacios qué antes eran llagas de luz. Desde "Los Mármoles"(Pórtico de la Curia romana trasladado desde la desaparecida Talaverilla ) el río Tajo parece una gran cinta plateada qué se extiende de este a oeste, hay una armonía infinita qué acaricia el alma en comunión con la Naturaleza.

Nada hace presagiar lo qué vive bajo sus aguas y dentro de unas horas, dará comienzo una feroz “cacería” y el lugar se llenara de sangre, voces, y olores nauseabundos cuándo sean las 24 horas, intentando pescar los horribles siluros, especie exótica invasora y depredadora qué está acabando con la vida de otras especies autóctonas como el barbo que ha desaparecido totalmente de este río, y todo su ecosistema se ha visto alterado, porque son voraces depredadores qué incluso comen pequeños animales que llegan a beber en las riberas del Tajo.

Esta especie fue introducida en España en 1974 por el Dr. Roland Lorkowski, biólogo alemán especialista en ecosistemas y peces de agua dulce. Tras pasar la frontera sin problemas ( adujo que los peces que transportaba iban a ser utilizados como cebo vivo para practicar la pesca del lucio) liberó 32 alevines de siluro procedentes del Danubio en aguas de la cuenca del Ebro. La zona elegida fue la desembocadura del Segre, en el embalse de Ribarroja. Su finalidad era poder disfrutar en pocos años, de la pesca deportiva de este pez, ya que la temperatura de nuestros ríos es la más templada de Europa, y los siluros crecen mucho más en aguas cálidas.

Hacia el año 2001 fueron introducidos alevines de siluros ilegalmente en el río Tajo, con la misma finalidad, el proyecto urbanístico de “La isla Marina de Valdecañas” ofrecía este aliciente de pesca deportiva para los propietarios de esta ilegal urbanización. Desde sus lanchas motoras conseguir pescar un siluro, es un trofeo qué demuestra un gran poder adquisitivo, ya que la pesca de esta especie, mueve mucho dinero y es todo un reto pescarlos.

No importó que en el río Tajo, desembocase el embalse de Arrocampo, qué es el que refrigera los dos reactores de La Central Nuclear de Almaraz…y sus aguas contienen radioactividad y son muy cálidas, lo qué ha hecho que se hayan multiplicado de forma alarmante teniendo un peso y una longitud que nadie podía imaginar. La presencia del siluro en aguas del Tajo supone una de las mayores amenazas biológicas de la vida acuícola para este río, qué atraviesa el Parque Natural de Monfragüe.

Han tenido que intervenir buzos, encerrados en jaulas de protección para defenderse de estos caníbales acuáticos, se han sumergido en las profundidades del agua del Tajo para poder exterminar los grandes siluros depredadores qué pudieran. Se han multiplicado sin control, son gigantescos y es imposible acabar con ellos. El record del siluro más grande pescado hasta el momento tiene una longitud de 2,58 m de largo y 112 Kg de peso, esto con 13 años de edad… si los siluros viven unos 80 años ¿Cómo serán entonces?

Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave

para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido catalogada en el Catálogo Español de Especies exóticas Invasoras, aprobado por Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.

Mas todos sabemos que el dinero compra conciencias y leyes, y hoy los enormes siluros son un peligro impredecible qué continúan creciendo, y creciendo…y pululan por las aguas del río Tajo, qué nunca volverá a ser el río qué yo conocía.