EL SUEÑO DE UN ÁNGEL

Se llama Iziar, ahora tiene 10 años, es pequeña, delgada sus ojos son de miel y caramelo por donde asoma su alma de ángel y  mira con curiosidad el mundo que la rodea, expresando sentimientos qué como mariposas vuelan buscando la libertad, que quedaron prisioneros en una injusta crisálida. 

Es un mimoso gorrión con las alas rotas, llena de ternura, y pureza de cielo.… Cuándo tenía 5 años, la televisión de plasma de su hogar, cayó íntegra sobre su frágil cuerpecito y sobre todo en la cabeza, donde los cristales se clavaron desgarrando, rompiendo, hiriendo, cortando salvajemente… y la dejaron sumida en un oscuro abismo de negrura y coma profundo. Pasaron varios meses sin saber si podría despertar de su sueño, fue operada varias veces, y aunque sus cicatrices externas cicatrizaban, su frágil vida luchaba contra la muerte que la tenía en sus garras…

 Hasta que un día una pequeña y débil luz brilló y despertó del mundo oscuro donde estaba aprisionada… Pasaron tres años, antes que Iziar, pudiese volver a su casa, la operaron varias veces más y tuvo que volver a aprender a hablar, a caminar, a amar y conocer a sus padres… todo su pequeño mundo había sido devorado por los hirientes cristales de la televisión que como puñales asesinos se clavaron en su pequeña cabeza… Antes de conocerla, su madre, me había relatado lo ocurrido, y las secuelas que Iziar tenía… y a solas, lloré por la niña, por su sufrimiento por el silencio de Dios, y sus renglones torcidos… y supe, que yo haría todo, lo que yo pudiese, para que ella recuperase lo que nadie sabíamos que se podría conseguir…  

Y llegó el día de mi primera clase con ella… Venía con su madre, al verme abrió sus pequeños brazos y se pegó a mi cuerpo en un abrazo, yo la acogí rodeándola con los míos, intentando transmitirla todo mi amor y confianza en estos primeros momentos, el corazón me latía con fuerza, y contenía las lágrimas de mis ojos. De pronto Iziar se separó de mí y se quedó mirándome fijamente, y me dijo con timidez- ¡Me gustan tus ojos, son como el cielo azul! Yo la contesté…- Y a mí me gustan los tuyos, son del color de la miel. Ella continuaba mirándome fijamente y de pronto me dijo…

-¡Yo a ti te conozco… sí, mucho, mucho...! -¿Y de qué me conoces cariño? La dije mientras la miraba a ella y a su madre, sin entender lo que me quería decir… y ella me contestó -¡Yo he soñado muchas veces contigo!  -¿Conmigo? ¿Y qué has soñado princesita? -Sueño muchas veces que yo estoy en una casa muy negra, y con mucho frío y tengo mucho miedo, y tú llegas volando y me rescatas, me das la mano y me sacas de allí…

Yo me quedé sin saber que decía, mientras su madre la preguntaba. ¿Se parece a quién me dices que  te rescata y te saca de la casa oscura…? – No mamí, no se parece…  ¡ porque es ella, es ella…! ¡llega, me da la mano, y me saca volando de allí… y ya hay sol, y flores y no tengo frío ni, miedo.!

-Vi que Raquel estaba desbordada por las palabras de su hija y asombrada, me dijo que Iziar tenía muchas veces este sueño repetitivo, lo sabían los médicos,   la psicóloga que la lleva, y toda su familia se lo había escuchado contar varias veces.

¡Dios, yo estaba sobrecogida, no sabía que decirla, sus palabras me anegaban y llena de dudas la pregunté…!  -¿Yo llegaba volando y te sacaba de la casa oscura dónde estabas...? –Sí -¿Entonces yo tenía alas? -¡No, no las tenías eras como tú…! - Iziar cariño, ¿Yo tenía una capa... cómo Superman? -¡No, ni alas, ni capa, ni nada, eras tú como eres, llegabas volando y me rescatabas de la casa oscura y me sacabas de allí al sol y a las flores… !

No sé cómo Iziar sin conocerme de nada ha podido soñar tantas veces que yo la sacaba de la casa oscura, a la que hace referencia en muchas ocasiones, aunque no recuerda para nada su accidente. No sé cómo en sus sueños, aparecí yo. ¡Dios, no lo sé...!

¡Yo vuelo, sin alas… y la rescato… Para mí es un gran enigma porque la niña nunca me había visto, ni yo a ella, pero estuve en sus sueños y continuo estando. No encuentro ninguna explicación lógica, me parece imposible, increíble, e inexplicable.

Pero sé que dice la verdad, aunque yo no sepa bien si por "casa oscura", se refiere a las limitaciones que tiene debido al accidente, al tiempo de vida sin vivir que ha pasado… o es un recuerdo del tiempo que permaneció en coma.

Lo que sí sé con toda mi alma, es que sí voy a estar ahí a su lado, e intentaré sacarla de la casa oscura que tanto teme… ¡y llevarla hasta la luz del sol y las flores!