Durante dos días no ha dejado de nevar copiosamente en la sierra de Madrid, el frío ha sido glaciar, todo estaba cubierto de nieve y mucha de ella se había convertido en gélidos y blancos carámbanos qué dibujaban formas cambiantes en los árboles, los arbustos en los tejados de las casas y en los enormes peñascales de granito.
A pesar del frío escarchado, la nieve siempre ha hechizado mi alma y me ha llamado con la suya de blanca pureza, la veo con una belleza etérea y mágica, que me hacía salir de casa varias veces al día para llenar mis manos y mi rostro de este blanco maná que caía del plomizo cielo, sin temor al intenso frío y la niebla que todo lo llenaban...
Parecía que el aire estaba lleno de mariposas qué en un rito ancestral de magia valsaban ingrávidas y me atrapaban hechizada en su danza de estrellas de copos acariciándome...
¡Han sido dos días mágicos, viendo como los copos de nieve lo iban cubriendo todo de un manto blando de harina y azúcar, mientras el aroma a leña de encina quemada en la chimenea me acariciaba con manos de terciopelo en el tiempo pasado de mi infancia...!
Anoche cuando regresábamos a Madrid, ya había dejado de nevar... ¡La nieve se amontonaba en los arcenes de la carretera, íbamos muy despacio porque aunque habían limpiado la carretera, había placas de hielo en ella.
Al salir del pueblo el cielo estaba limpio de nubes, como terciopelo azul cobalto, la luna llena, lo iluminaba todo con una claridad como el preludio entintado de un amanecer, con una extraña luminosidad que parecía irreal...
¡Y de pronto esa luz me impactó en el alma!
¡Y de pronto esa luz me impactó en el alma!
La luna era plata y cristal, con una claridad de diamantes, iluminando un paisaje todo blanco, albino, como de otro plano, que despertaban en mí recuerdos dormidos qué no sé de donde proceden...
¡Las piedras de granito estaban cubiertas de nieve y algunas de ellas, en las oquedades, el musgo pegado, resaltaba increíblemente verde y brillante, sembrado de estrellas y diamante, qué brillaban con la luz de la luna, los árboles se vestían con su vestido de armiño, y se inclinaban humillados por el peso de la nieve, ¡todo era belleza virginal!
Paramos el coche y nos metimos hacia el arcén para verlo mejor...de pronto sentí la necesidad de salir de él...una llamada desde el alma, me impulsaba a ello en un anhelo inexplicable...
¡Dios, era increíble, había un blanco silencio que todo lo llenaba!
¡Era el mudo silencio de la belleza que gritaba su pureza sin mancillar! ¡era la plenitud de lo sencillo! ¡era un hechizo de nieve y luz de luna... ¡era la huella del Hacedor de los Universos...!
¡Era el mudo silencio de la belleza que gritaba su pureza sin mancillar! ¡era la plenitud de lo sencillo! ¡era un hechizo de nieve y luz de luna... ¡era la huella del Hacedor de los Universos...!
Salí del coche…se escuchaban pequeños crujidos que la nieve hacia al caer de los árboles, el viento enredándose en los árboles, en los arbustos, el crak... crak... de mis pequeñas pisadas que se hundían en la blanca nieve...no sentía el frío, y me sentí envuelta y acogida en ese mundo de pureza, bañada de luz de luna y en un tiempo sin tiempo.
¡Los ecos de la noche se amplificaban en una sinfonía de belleza infinita...percibía que mi alma se llenaba de serenidad y paz y me sentí en comunión con lo que estaba viendo y viviendo, me conecté con esa naturaleza, qué se me ofrecía desnuda y al mismo tiempo, llena de todo lo que mi alma anhelaba en esos momentos...y continué avanzando adentrándome en el paisaje... lejos cada vez más lejos, abrazada por la luz de la luna y una blanca pureza!
Las lágrimas me desbordaron en un crisol de sentimientos...no sé el tiempo que pasó, porque el tiempo parecía haberse detenido, y estaba atrapada en una burbuja intemporal en otro espacio y en otro tiempo... ¡Tan sólo la voz de Tony desde el coche, que gritaba mi nombre varias veces me hizo reaccionar y volver atrás por mis huellas marcadas!
¡La huella de lo vivido en el silencio blanco a la luz de la luna de plata, ha quedado en la memoria de mi alma y su luz permanece en mi retina...sé que continuará en mí por siempre con toda la belleza de la nieve blanca y virginal, de los árboles escarchados, de los sonidos de mis pisadas, del viento acariciando mi rostro! de toda la pureza nínvea...
¡Y yo bañada de luna...!
¡Y yo bañada de luna...!
La luna y la nieve ... estremecen. Besicos.
ResponderEliminarEs la magia de momentos hechizantes que quedarán por siempre en la memoria del alma, creo que de tal manera me estasió el paisaje, que sin conocerle, comencé a adentrarme en él, sólo la voz de Tony, llamándome a gritos, me hizo volver a la realidad... y volví por las huellas que había dejado en la nieve, si no, me hubiese perdido, fue maravilloso el momento vivido.
EliminarAunque tú habrás visto nevar muchas veces `por el lugar donde vives, yo muy pocas, en mi pueblo, nunca nevó en mi infancia.
Un abrazo con mi cariño.
Ángeles.
Es un precioso relato vivido, fui , mejor me sentí protagonista de cada paso, instante, esa sensación maravillosa , capturé en mi propia alma ese esplendor , y la magia pura de esa luna me inundó de su belleza plena...
ResponderEliminarMe encantó!!!!
Felicitaciones Ángeles por esta maravilla, fotografías preciosas.
Fuerte abrazo
Cristina
Mil gracias Cristina, de veras que nunca había vivido una emoción plena y consciente de la inmensa belleza y el silencio que tenía delante de mí.
EliminarNunca podré olvidar ese desbordamiento de emociones qué viví esa noche, es más Cristina, evoco desde el alma esa experiencia y vuelvo a sentir, la nieve sin mancillar, la luna redonda, el crak crak de mis pisadas al hundirse en la nieve, fue mágico el momento.
Te envío un abrazo con destellos de felicidad.
Ángeles.
Un relato real, nos has envuelto en tus palabras y conducido por la nieve, y es que los reflejos de la luna siempre tienen poder sobre quien la mira de frente. Precioso tu modo de escribir y me alegro que hayas disfrutado de tu estancia en la sierra. Un abrazo
ResponderEliminarHola querida Ester, es cierto que la experiencia vivida, está en mi alma, era un paisaje de magia y todo lleno de silencios y la luz de la luna, creo que hubiese continuado andando, si Tony no me llama, estaba tan mimetizada con el paisaje, que flotaba en una especie de burbuja intemporal, fue increiblente hermoso y bello lo que vivó.
EliminarCariños con mi abrazo.
Ángeles.
Momentos vividos llenos de sensaciones en plena noche nevada con esa luna llena, como bien describes tuvo que ser mágico.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Así fue Rafaela, y al relatarlo he querido expresar todo lo que sentía, pero no encuentro otras palabras más bellas que las qué he utilizado.
EliminarNunca, nunca me había casi perdido en un paraje desconocido, pero era la magia envolvente, y respiraba luz de luna, sobre una gruesa capa de nieve...no hollada por nadie, sólo yo elegía mi rumbo.
Un abrazo con alas de felicidad.
Ángeles.
Un relato preciosísimo Angeles y unas imágenes espectaculares. No tengo la suerte de conocer la nieve. pero me encantaría conocerla. Ver nevar debe ser un espectáculo de película. ¡Qué lindo lo cuentas !...como todo lo que escribes.
ResponderEliminarTe dejo el homenaje de mi admiración y todo mi carño.
Bsssssss. muackssssss.
¡feliz domingo ,mañana !
BUEN REPOSO AHORA.
TE QUIERO UN MONTONAZO.,!
Hola mi querida amiga Mª Carmen, quizá porque yo en mi infancia tampoco había visto nevar, me perdí en la noche de luna y nieve, como si fuese un iman que me atraía con su magnetismo.
EliminarMe encanta perderme por los lugares vírgenes de mi Extremadura, pero siempre a la luz del día, encuentro tanta paz y belleza en ese silencio roto tan sólo por el canto de algún pájaro, o las chicharras y grillos si es en verano...
Pero en la nieve nunca me había sucedido, el tener que parar el coche y salir de él, a respirar esa luz de luna sobre la nieve de armiño
No tengo suficientes palabras para poder expresar los sentimientos vividos, lo que sí te afirmo es que fueron increiblemente hermosos, y por siempre estarán en mí.
Yo también te quiero mucho y te envío un barco cargadito de besos con mi cariño.
Ángeles.
Un relato encantador y maravilloso, la nieve tiene un encanto especial y tu lo haces mas bello.
ResponderEliminarTus imágenes son muy buenas y reales.
Un abrazo.
Gracias palabras al viento, creo que tú sí habrás visto nevar muchas veces, aunque ahora en tu país sea verano. Yo muy pocas y todas aquí en Madrid ciudad, nunca había visto esas imágenes de nieve, nada más que en películas, y de pronto, las tuve delante de mí... su huella la sigo sintiendo viva en el nido del alma.
EliminarUn abrazo en las alas de una gaviota que cruce el Atlántico.
A eso le llamo yo fusión.
ResponderEliminarPorque sí...supiste sentir y "ver" más allá de la belleza exterior hasta el punto de introducirte, en medio de la espesura albina, en el corazón del paisaje...
Precioso. Me ha encantado sentir a tu lado.
Besos muchos.
Y yo hubiese querido poder deciros los sentimientos que se despertaron en mi alma, todos de belleza y luz, y no tenía miedo por eso avancé tanto por ese paisaje desconoccido, pero que se me ofrecía desnudo y virgen.
EliminarFusión, simbiosis, no lo sé, Marinel, sí vi más allá de lo que estaba viendo y fue lo que me hizo avanzar más y más, sí hubieses visto como brillaba la nieve a la luz de la luna, y luego el mudo silencio de albura y luz...
Un abrazo con mi cariño y alas de felicidad.ç
Ángeles.
Excelente relato para exponer de forma exquisita tu sensibilidad y simbieosis con la naturaleza. me ha encantado leerte, Ángeles. Mi ser ha sentido como vivir contigo esos mágicos momentos.
ResponderEliminarUn abrazo. María
Hola María, y yo hubiese deseado poder expresar mejor esos sentimientos que viví en esa noche.
EliminarSabes que en nuestra tierra no nieva casi nunca, y yo siempre miraba con verdadera ansia, los picos de Gredos, que permanecen nevados casi hasta el día de San Juan, donde en sus abruptos serrejones, se forma una cruz, que dura aproximadamente hasta ese día.
Por eso ver nevar, tocar la nieve, o caminar sin rumbo por ella como hice, para mí fue mágico, luz de luna sobre un paisaje todo lleno de una blancura de armiño... ¡lo más hermoso de ese día!
Un abrazo con mi cariño y brisas de luna,
Ángeles.
Angeles, nadie como tú para hacerte una con el paisaje y desde él hacernos partícipes a todos, que te leemos hechizados y sorprendidos de tu sensibilidad y tu capacidad innata para expresar con naturalidad y riqueza esos momentos mágicos en que la nieve y la luna se fundían en tu alma...Tengo la sensación de haber leído otro relato muy parecido en una noche de luna llena, que bajaste del coche para vivirla con intensidad...¿me equivoco? Te dejo mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu maestría y tu grandeza interior, que nos la regalas en cada relato y en cada poema, amiga.
ResponderEliminarM.Jesús
Mil gracias Mª Jesús por tus palabras, es cierto que tengo en entradas antiguas una experiencia también con la luna, se llama "Cuándo la noche se hizo día" fue en este último verano que yo no sabía que esa noche habría una superluna, y había ido a buscar sigilatas romanas a Talaverilla, y cuando salíamos por un camino vecinal qué cruza la finca del torero Ángel Teruel y que está llena de encinas, al salir de la frondosidad de la dehesa, la luna enorme, bella, blanca, toda de luz, estaba ahí... y me tuve que bajar del coche y respirar con el alma esa belleza.
EliminarLa luna me hechiza Mª Jesús, en mi infancia nunca tuve miedo a nada, estando en el campo, me parecía mágico el que la luna anduviese si yo andaba, y sí me detenía ella se parase, comencé a decir que era mi amiga y siempre estaba a mi lado, y mi padre fomentó esta creencia para que no tuviese miedo cuándo me quedaba sola siendo muy pequeña, siempre la creí mi amiga, porque se detenía o paraba cuando yo, era lo que más me gustaba, pretendía cogerla en una trampa, echaba a correr y ella corría a la misma velocidad, me paraba de repente y ella se paraba...¡Bendita inocencia!
Es más fíjate sí me gusta que cuando he concursado en algunos certámenes literarios, mi seudónimo siempre ha sido LUNA BLANCA.
Me siento muy unida a la naturaleza y a las noches estrelladas, cuándo bautizaba a las estrellas con los nombres de las que conocía mi padre... Uffff, cuántos recuerdos se han presentado queriendo salir.
Un abrazo mi amiga, y toda mi admiración y cariño. Ángeles.
Muy poético,,muy idílico , muy bien escrito pero hacía un frio... Un abrazo
ResponderEliminarEs muy cierto Chelo, el frío era gélido en el exterior, creo que nos separarían muy pocos kilómetros desde donde tú estas a dónde yo estaba y la temperatura tenía que ser la misma, ártica, pero yo he visto nevar muy pocas veces, en mi pueblo nunca lo hacía, tan sólo cuándo me vine a Madrid, pude tocar y espachurrarme las manos con bolas de nieve y era una gozada.
EliminarPero nunca había visto el campo nevado en tanta extensión y encima a la luz de la luna, fue mágico, y lo más enigmático es que no me gusta nada el frío, huyo de él como de la viruela negra, y sin embargo, no sentí el frío, o no lo hacía, no sé, yo sólo sé que mi alma se lleno de lo que veía por la ventanilla del coche, y tuvimos que bajar, para que yo lo viese mejor, y me fui adentrándome en ese mundo de pureza bañado con luz de luna.
¿Cómo vas con tu Taller de literatura? anímate que dicen que los poetas están muertos y no se vende poesía, sin embargo es el idioma del alma.
Un abrazo muy fuerte con alas de felicidad.
Ángeles.
Es curioso ver como la nieva y la lluvia nos inspira el alma y el corazón:
ResponderEliminarbesos
Es cierto Ilesín, quizá porque son menos frecuentes que los días de sol, la nieve es mágica para mí en el sentido que he visto nevar pocas veces, y de pequeña, añoraba la nieve cuando veía en la lejanía, la Sierra de Gredos.
EliminarUn abrazo con mi cariño.
Ángeles.
Parece una llamada de lo antiguo que queda en nosotros.
ResponderEliminarQuizá sea asi dafd, nuestros antecesores, debieron quedarse helados de frío con la glaciación que les obligó a emigrar o morir congelados, puede que algo de ello esté en nuestros genes.
EliminarGracias dafd por tu comentario que me ha hecho pensar.
Un abrazo con cariño.
Hola Ángeles, ya veo que estas cerca de la sierra, yo la veo desde mi casa, pero lejana sus montañas me dicen que la nieve ha caído copiosamente. No pasa nada, la primavera esta cercana, y jamás harás fotos tan maravillosas como las de hoy. Un beso.
ResponderEliminarNo Lola, vivo en Madrid, y la gran nevada me cogió en la sierra. Ocurre que la nieve me encanta, porque nunca de pequeña había visto nevar, y era como una espinita de pena, por eso la nieve me atrae mucho, y más si es como esa noche que ya no nevaba y sobre un cielo despejado la luz de la luna creaba un paisaje irreal.
EliminarGracias por tu comentario, te envio un abrazo con mi cariño.
Ángeles
Como siempre es hermoso volver a tu blog! Un abrazo.
ResponderEliminarHola Julie bonita, qué alegría encontrarte, no he pasado por tu blog, porque he tenido una conjuntivitis muy grande, mis ojos son muy claros y el oftalmólogo siempre me dice que me los proteja porque me entra más luz de la normal, pero si me pongo gafas de sol, veo el mundo en blanco y negro, y a mí me encanta ver los maravillosos colores, por eso me ocurre muchas veces lo que ahora me ha pasado.
EliminarUn abrazo muy grande, sabes que te quiero un montón.
Ángeles.
Me sorprendió al volver de Tenerifre, ver desde el aire los alrededores de Madrid cubiertos de nieve. Allí hacía muy buena temperatura a pesar de que los lugareños se quejaban de un mal invierno. Un abrazo
ResponderEliminar¡Qué felicidad tu sol, Felipe! Tenerife es único en su temperatura durante todo el año, aquí en Madrid, ha habido días de un gélido frío siberiano, y si ha sido en la sierra, ya era mortal, salía algunas veces fuera de la casa, para sentir la nieve en mi rostro y mis manos... pero el intenso frío, me hacía volverme atrás.
EliminarLo lindo, lindo, fue cuándo dejó de nevar, y volvíamos a Madrid, que el cielo estaba limpio de nubes, y una gran luna brillaba en él.
Un abrazo viajero de tantos destinos.
Ángeles.
La naturaleza nos hace regalos maravillosos, es bueno que podamos disfrutarlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rafael, yo personalmente pienso eso mismo, si sabemos "mirar" con los ojos del alma, la naturaleza es el mejor de los libros, no se estudia en ninguna Universidad, debemos aprenderle solos, pero es una maravilla.
EliminarUn abrazo con alas de felicidad.
¡ HOLA ÁNGELES , ESTOY A QUI DE NUEVO , DESPUES DE UN TIEMPO ABAMDONADOS LOS BLOG PERO QUE HISTORIA DE LA NIEVE MAS ROMANTICA , REAL Y BONITA , COMO TODO LO TUYO. ESCRITO POR MANOS DE ÁNGELES , AL IGUAL QUE TU NOMBRE ¡¡¡ UN ABRAZO PARA TI AMIGA ...!!!
ResponderEliminar¡Conchita, niña !¿dónde has estado tanto tiempo? visitaba tu espacio y estabas sin publicar nada, ya lei ayer lo que te había sucedido.
EliminarSe nota mucho tu ausencia, tienes una alegría contagiosa que hace feliz a las personas.
Gracias por esas palabras tan bonitas qué me dices, son chispitas de luz que acarician.
Un montón de besos con mi cariño.
Ángeles.
Ángeles, me es muy grato llegar a tu blog, después de leer tu comentario en el mío, y descubrir tanta sensibilidad en tus letras y tanta hermosura en este relato, con una descripción, plena de luz de luna y de naturaleza en estado puro. Y tú entre ellas.
ResponderEliminarRegresaré, a buen seguro.
Un abrazo de nieve.
Gracias Candelas por tus palabras en mi espacio, yo creo que cuando compartimos lo que escribimos en los blogs, nos vamos enriqueciendo los unos de los otros, y esto es bonito, porque cada uno de todos nosotros, tiene algo para dar y algo qué recibir.
EliminarTe espero, como tú a mí en tu blog.
Un abrazo con alas de felicidad y rayos de sol.
Ángeles.
Querida Ángeles:
ResponderEliminarDisculpa mi torpeza, cuando entré en tu espacio, me encontré con un Saludo de Bienvenida y he visto que tenías más de 300 comentarios.
Creo que he dejado el mío ahí y luego, me he dado cuenta, que todos ellos estaban escritos en el año 2012, como no miré más, me he imaginado que llevabas años sin publicar.
Hoy, al leer el comentario que has dejado en mi espacio, me ha faltado tiempo para ver qué error había cometido y ya he visto que, debajo de ese saludo, está lo que acabas de publicar recientemente.
Y es tan maravillosa tu descripción de la nieve, que me he visto sumergida en ese paisaje encantado vestido de blanco, propio de un cuento de hadas.
Apenas conocía la nieve hasta que me he venido a vivir a Castilla.
Créeme, un día en que la nieve había cuajado y dejado las calles con un buen manto blanco, de recién casada, por la noche, mi marido y yo, nos liamos a bolazos como dos chicos pequeños ¡menos mal que era de noche y la gente estaría tranquilamente en sus casas al calor de sus braseros y no nos han visto!
De aquello ya se han pasado muchos años pero, al igual que te ha pasado a ti, dejan huella en el alma.
Ha sido un placer leerte. Las imágenes son extraordinarias, contribuyen a hacernos vivir la escena.
Agradezco mucho tu cariño y letras, sabes que me arropan.
Cariños en el corazón.
Kasioles
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Te ha ocurrido como a mí querida Kasioles, en Extremadura no nieva casi nunca, yo en mi infancia nunca vi la nieve de cerca, por eso cuándo me vine a Madrid, y vi mi primera nevada, fue un gozo, como lo continúa siendo ahora.
Eliminar¿Te imaginas que os hubiesen visto tirandoos bolas de nieve los vecinos del pueblo? ¡Dios! sí es que lo hermoso es que a pesar de ser hoy adultos, podemos disfrutar como niños con pequeñas cosas que nos llenan el alma de luz.
Ya pensaba que en algo te habías equivocado con las fechas, no pasa nada, lo bonito es lo que le he dicho también a Conchita, el poder enriquecernos leyéndonos unos a otros.
Un abrazo con rayos de sol y aromas de primaveras.
Ángeles.
Bellísima descripción de un momento realmente mágico. Gracias por compartirlo, has logrado transmitir fielmente las sensaciones y emociones que sentiste.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mª Teresa por tus palabras, no sé si a todas las personas les gusta la nieve, a mí sí y mucho, por eso a veces dejo que salgan del alma, sentimientos y vivencias que me ha hecho vivir.
EliminarCariños desde el corazón.
Ángeles.