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sábado, 25 de febrero de 2023
sábado, 14 de enero de 2023
¡ PRISIONERO DE UNA LUZ !
Guillermo se había echado novia en el Guijo de Santa Bárbara, estaba muy enamorado y aunque trabajaba en un negocio familiar, se escapaba a verla siempre que podía. El Guijo de Santa Bárbara es el pueblo con mayor altitud de la comarca de la Vera. Es precioso, no solo porque sus casas y calles tienen la misma apariencia de siglos atrás y pareces perdido en esa época. La exuberante vegetación por la garganta Jaranda, te llena de paz,y el fluir del agua emite sonidos acariciantes que susurran ecos de oro. Al ser el pueblo más alto de la Vera, para subir a él, había que hacerlo por las temidas curvas de Torreseca, donde accidentes y muertes hicieron que se llamara la carretera maldita. Eran 33 curvas seguidas y cerradas. A Guillermo nada de esto le detenía, cada fin de semana cogía su viejo coche y se iba a estar con su amada Carmina.
Una noche de invierno, cuando volvía del Guijo, serían las dos de la madrugada, a los pocos metros de entrar en las curvas, el coche hizo un extraño ruido y se paró, Guillermo intentó darle a la llave de contacto, pero el coche no hizo ruido, ni arrancó, parecía estar en estado de coma. ¡-Puñetas, no me lo puedo creer, viejo trasto has elegido el mejor lugar para morirte.! Una noche de frío helado y en una carretera por donde nadie circula a estas horas. Con un cabreo impresionante salió del coche, un maravilloso cielo estrellado fue lo único que vio con rutilante claridad, aterido por el frío volvió a meterse en el coche arropándose con una manta trapera que siempre llevaba en el maletero, esperando el amanecer por sí alguien pasaba por allí Cuando el sueño comenzaba a cogerle en sus brazos, el ruido del motor del coche al ponerse en marcha, le hizo dar un salto¡ Hostia, no me lo puedo creer! ¿Qué pasa ahora? El coche volvía a rugir sin haberle tocado, cogió el volante, metió la velocidad, dio al acelerador y con mucha prudencia comenzó a andar. Con la emoción, de los primeros segundos no se dio cuenta que dentro del coche una extraña luminosidad lo llenaba todo.
Bajó la ventanilla y miró por ella. La sorpresa y el pánico, le hicieron decir sus más horripilantes palabrotas, encima del coche, como a unos 50 metros, un objeto ovalado emitía una luz anaranjada casi sólida… Ya no era pánico, era terror al desnudo… aceleró el coche y el objeto sin saber cómo, se puso delante de él, impidiéndole el paso. .¡Joder, esto no me puede estar pasando! ¿Qué coño es eso? Al mismo tiempo hizo retroceder el coche… No podía ser, la potente luz que emitía aquel objeto, retrocedió lo mismo. Gillermo no era un cobarde, pero aquello hacía los mismos movimientos que él, no sabía cómo escapar de esa luz.
Delante, detrás, encima del coche, desaparecía, volvía a aparecer, estaba atrapado y prisionero de esa la luz sin poder hacer nada, así unas dos horas…comenzó a temer por su vida, las puertas del coche, no se abrían, muerto de miedo se camufló debajo de la manta y esperó una media hora,.Al sacar la cabeza solo vio por el cristal delantero, un ser con una enorme cabeza y unos ojos ovalados muy negros que le miraban malignos y se rindió ante una muerte segura. Se tapó con la manta y tiritando de terror, esperó, espero y esperó debió quedarse dormido, porque no recordaba nada más.
Cuando el alba bostezó, el tío Braulio pasó con su camioneta, se paró al ver en medio de la carretera un coche con la pintura toda chamuscada, miró dentro y vio que alguien estaba allí, abrió la puerta y tirando de la manta, sacó a la luz al aterrado Guillermo.
Este tardó unos minutos en ubicarse y al ver su coche quemado recordó lo vivido y elevando sus brazos hacia el cielo, comenzó a gritar al ser que le había tenido prisionero y aterrado.
¡Cabrón, hijo de puta! lechuga podrida.!¡escarabajo cagón! El tío Braulio movió la cabeza diciendo…¡vaya cogorza que tuvo que cogerse este anoche! Pero como ha podido quemar toda la pintura del coche... Sí es el novio de la Carmina y es un tío muy legal, no sé que ha podido pasar. Mientras Guillermo continuaba gritando con terror al ser azul de ojos negros qué le había cercado con su fuego
martes, 15 de marzo de 2022
¡ LOS ÚLTIMOS MAQUIS !
Julián era el guarda de la dehesa y debía atender a las vacas que cuidaba. Los niños dos gemelos de cinco años alborotaban y reían sin lograr que su pequeño muñeco de nieve quedase en pie, al ver venir a su padre la algarabía se hizo mayor y corrieron hacia su padre hablando y chillando como dos gorriones. La nieve y un viento racheado les hizo entrar pronto en casa, el día se oscurecía por momentos y el frío habitaba todos los espacios. La gran cocina les recibió con su agradable calor y el aroma de lo que Conchi estaba cocinando…¿-Mami puedo comerme algo rico? Dijo Cuca, tengo muuucha hambre.-si ella come yo también quiero dijo Daniel. –¡No! dijo Conchi, si culo veo culo quiero,
Venga, preparar la mesa, como os guste esa es vuestra tarea, y tu marido, ve por más leña de encina para que la fogata dure hasta mañana, vamos ya. -¡Vamos gorriones, cada uno a obedecer! Conchi, terminó de cocinar y miró lo bien que sus hijos habían puesto la mesa y dándoles unos besos les mandó lavarse para cenar. La cocina rezumaba amor, luz y calor, había un halo de paz que todo lo envolvía, y llenaba de felicidad la humildad con la que todo se había preparado. Al ir a bendecir la mesa, sonaron unos golpes fuertes, dados en la puerta de atrás, Julián, miro a Conchi supo que significaban esos golpes...
Con pasos pausados y respirando hondo, se dirigió a la puerta, los golpes volvieron a sonar más apremiantes y fuertes, Julián dijo –Voyyyy y descorriendo el gran cerrojo abrió la puerta… al hacerlo, pudo ver a dos personas que con sus pistolas le apuntaban directamente a la cabeza… Julián conteniendo su miedo dijo- ¡Buenas noches! ¿qué desean ustedes?- Déjese de pamplinas, sabe de sobra quienes somos, somos maquis y queremos comida, si nos da toda la que nos podamos llevar, no le pasará nada. ¿quién está en la casa? –mi mujer y mis gemelos- ¿hay teléfono? no, no señor somos los guardeses de la dehesa y eso es muy caro para nosotros…después de un breve silencio Julián dijo- Pueden llevarse lo que quieran, tenemos gallinas, conejos, y un cerdo, pero… señores estoy pensando… ¿ por qué no pasan ustedes a cenar algo caliente, es una noche horrorosa y nosotros íbamos a cenar, no pueden tener miedo, como ven estamos aislados por la nieve y yo les doy mi palabra, que no haré nada que pueda perjudicarles, les vendría bien comer algo caliente…, ustedes estarán más fuerte con la comida. Los dos maquis se miraron y el que parecía el jefe dijo… ¿Y qué le dirá a su mujer y sus hijos? –que son ustedes pastores que se han perdido ¿les parece bien?... Está bien, pero a la menor sospecha, esta, dijo guardando su pistola entra en acción .
-¡Hola- dijo Julián entrando en la cocina y mirando a su mujer, estos pastores se han perdido con la nevada, pon dos platos más que se quedan a cenar con nosotros,-. -Vamos a comer todos que se enfría la sopa dijo Julián viendo que sus hijos habían aceptado muy bien a los dos maquis…La cena transcurrió con alegría a pesar de los nervios que los adultos tenían, los niños reían, se peleaban por tonterías y los dos maquis devoraron la comida, porque el hambre gritaba en sus estómagos. Poco a poco todos se tranquilizaron viendo que no había peligro por ninguna de las dos partes. El viento, el vendaval y la nieve, rugían en el exterior, y en la gran cocina solo había paz y armonía. Cuando terminaron, los gemelos se caían de sueño y se quedaron dormidos sobre la mesa. Conchi les despertó y les llevó a su dormitorio.
El jefe de los maquis dijo a Julián-¡Gracias Julián, jamás olvidaremos su acogida, ni el cariño de sus hijos, con una cena que nos ha hecho recordar nuestro hogar! Nos echamos al monte creyendo que la resistencia podría traer pan para el pobre y justicia sin odios que corroen y decapitan al inocente, no han cazado como ratones...Esperen dijo Julián y salió de la cocina… volvió trayendo una saca con un queso, un lomo, dos hogazas de pan, cecina y botes de tomate, tocino y un costillar.-Esto es para ustedes, llévenselo, cuando se vayan, pero deberían esperar a mañana ya ven como está la noche…
- No, los compañeros nos esperan en los riberos del Tajo por ahí, llegaremos a Portugal, somos los últimos maquis que quedamos, nos han masacrado, estamos solos y tenemos que llevarles esta comida, están tan hambrientos como nosotros. La nieve no importa Julián, no queremos nada más, nunca olvidaremos lo que ha hecho por nosotros… ¡Un abrazo compañero! Y los tres se fundieron en un abrazo…la nieve continuaba cayendo con lujuria fuera de la cocina.