VIRIATO : EL HOMBRE, LA LEYENDA...

Viriato, el gran caudillo lusitano, es el símbolo de la resistencia de Hispania contra el Imperio de Roma, los romanos acabaron reconociéndole como dux lusitanorum (el líder de los lusitanos), como el adsertor (protector) de Hispania, o como un imperator (conductor), de las tribus lusitanas y celtíberas

Viriato, es más conocido por aquello que escribieron sus enemigos sobre él, que por lo que escribieron sus partidarios. La única referencia de su tribu nativa está en Diodoro Sículo, que le sitúa en la costa lusitana. Tito Livio, el gran historiador romano, le describe como un pastor que se hizo soldado. Para Apiano, fue uno de los guerreros que escapó de la encerrona que hizo el pretor Galba a los lusitanos, donde murieron más de 9000 hispanos. Según Apiano, Viriato era el líder que mayores dotes de mando tenía entre los bárbaros, el más valiente en las batallas, invencible, audaz, y con honor en su palabra.

Sobre su origen existe mucha polémica, aunque lo único seguro es que era “lusitano”. Pero la Lusitania de los Romanos no coincidía con el actual Portugal. Era el territorio comprendido entre el Duero y el Guadiana, incluyendo lo que hoy es parte de la provincia de Zamora, casi toda la provincia de Salamanca, el territorio occidental de la provincia de Ávila, Extremadura, el occidente de la provincia de Toledo y por último, Portugal (salvo la región entre el Miño y el Duero). Sus acciones tuvieron lugar en gran parte de la Península, desde Andalucía, las dos Castillas y Portugal.

Como caudillo de los hispanos, luchó durante ocho años contra las legiones romanas desafiando a Roma. Durante tres años los lusitanos lucharon a la defensiva hasta que en una ofensiva de los romanos quedaron cercados en Turdetania por Cayo Vetilio en el año 147 a. C. Durante el sitio Viriato fue elegido líder de los lusitanos, y utilizando la táctica de las guerrillas con gran éxito, los lusitanos acabaron matando al cónsul Cayo Vetilio y durante las campañas siguientes vencieron a Cayo Plaucio, y Claudio Unimano.

Los romanos no sabiendo cómo derrotar a Viriato, en el año 138 a. C, sobornaron a tres de sus lugartenientes, los ursonenses Audax, Ditalcos y Minuros para que lo asesinaran. Como así hicieron mientras dormía. Cuando volvieron al campamento romano a cobrar la recompensa, el cónsul Servilio Cepión, sucesor y hermano de Serviliano, se la negó con las siguientes palabras: “Roma traditoribus non praemiat”, es decir, “¡Roma no paga a traidores!

Sobre Viriato, tampoco se puede determinar con certeza, cuándo ni dónde nació, aunque es probable que sería en torno al 170 a.d.C. Se tienen noticias suyas cuando comienza a liderar las guerras entre lusitanos y los romanos, que duraron desde el 155 al 139 a.d.C. La leyenda popular dice que Viriato nació en el actual Portugal, sin embargo, esa misma leyenda popular también le sitúa nacido en la actual España. Los partidarios de esta última teoría tampoco indican con claridad una localidad, siendo Torrefrades, Zamora y Guijo de Santa Bárbara algunas de las localidades mencionadas por la tradición oral española. En Portugal, la opción más extendida parece ser la de los Montes Hermínios.

El Guijo de Santa Bárbara (Extremadura) Está situado en las estribaciones de la Sierra de Gredos, al norte de la provincia de Cáceres en la Comarca de La Vera a unos 900 metros de altitud. Rodeado de montañas, vegetación exuberante y claros manantiales de agua, se tienen noticias desde tiempos muy remotos de asentamientos de tribus vettonas, dedicadas a la ganadería, con abundantes restos arqueológicos de castros.

Los vetones (lat. vettones) eran un pueblo prerromano de cultura celta que habitaba el oeste de la Península Ibérica dedicadas al pastoreo. El Guijo de Santa Bárbara, por estar situado en la Lusitania romana, y por su gentilicio “VERATOS” lleva reivindicando durante años que en él nació, y paso sus primeros años VIRIATO, hasta comenzar su lucha contra los romanos. Esto no es una invención reciente, es un hecho arraigado en la tradición oral popular desde hace siglos, cuando el Emperador Carlos V,( siglo XVI ) en su paso hacia su retiro del Monasterio de Yuste, arengó a los guijeños que lo transportaban con estas palabras..  ¡Sed tan valientes soldados como vuestro paisano Viriato!