Hay recuerdos que permanecen por siempre vivos en la memoria del alma, son como besos de luz que un día nos bañaron en una felicidad de mieles y en una inocencia sin límites… entonces en el breve latido del corazón, vuelven a ser vividos con la misma intensidad…y así me ha sucedido a mí, cuando mi noche estaba siendo muy oscura. Me vi con unos 4 años y la merienda con pan y chocolate entre mis manos...
Uno de los lugares favoritos de mi infancia era la vieja torre de la iglesia de Malhincada, donde estaban las cigüeñas, hablaba con ellas a gritos, yo las veía muy altas y si no gritaba pensaba que no podían oírme y cuando hacían su crotoreo pensaba que ellas también hablaban conmigo.
La huerta de la “tía Rita” estaba pegada a la vieja iglesia y un día debía de tenerla ya aburrida con mis charlas cigüeñiles, que se acercó a mí y besándome me dijo que me callase ya, que iba a despertar a Dios y me fuese a mi casa.
-¡Ohhhh dije, para mí Dios era alguien mágico, único, hacía que el sol saliese cada mañana, que las estrellas brillasen, que pintara todas las flores de la primavera, que hubiese agua en el arroyo de Santa María y estaba en el cielo azul cuidando de todos, de todo y de mí!
Intrigada pregunte…- ¿Dónde está Dios? yo no quiero despertarle- ¡Dios está ahí dentro en la iglesia, durmiendo un ratito! -¡Pero si ya no hay iglesia, “tía Rita”, vinieron las hormigas rojas, que eran muy malas y tenían mucha hambre y se comieron todo, primero el tejado, luego los santos que estaban ahí, las campanas y ya no hay nadie, ¡me lo ha dicho padre que sabe todo!
-Sí, pero a Dios no se le comieron niña mía, con Dios no puede nadie. Ahora está dormido y le vas a despertar, estaba cansado de cuidar el mundo, pasaba por aquí y se ha dormido un ratito dentro de vieja iglesia.
El descubrimiento al saber que Dios estaba ahí dentro, lleno mi pequeña alma de luz y cosquillas, mi amor por Él se hizo cercano y presente. Y comencé a pensar en las palabras que me había dicho la “tía Rita” ¡Pobrecito Dios! estaba solo y nadie le cuidaba. ¿Y por qué le habían cerrada la puerta? ¿quién le hacía la comida y le hacía compañía cuando estaba cansado y triste? ¿Y quién le daba besos para animarle? Y de pronto le dije - ¡Ahora vuelvo enseguida Dios, espera un momentín...!
Con aromas de sol, libertad y decisión, me fui a casa, cogí mi merienda y me fui a dársela a Dios para que no tuviese hambre… -¡Ya he vuelto Dios estoy aquí y te traigo pan con chocolate, qué está muy rico!
-¡Huffff no puedo abrir la puerta, está muy dura y soy muy pequeña!¡Espera Dios!No puedooooo!
Quise abrir la puerta de la Iglesia como muchas veces, pero no podía un enorme candado oxidado la cerraba.
Entonces, arrimé mi boca a la cerradura y a gritos hable con Dios…
-¡Dios he vuelto, te traigo pan con chocolate para que comas y he dado muchos besos al pan para que no te sientas solo, te quiero mucho y todas las tardes, voy a venir a hablar contigo y te traeré la merienda!
¡Dios ya no vas a estar solo! También te voy a traer pan con miel, qué está muy rico! Y el requesón que hace la “tía Adela”.
Una felicidad de luz me invadió desde aquel día, cada tarde, cogía mi merienda la llenaba de besos y se la llevaba a Dios que se la había comido porque en la puerta de la ruinosa iglesia, no quedaba ni una miga de pan… y yo estaba convencida que Dios era el qué se la comía.
Una felicidad de luz me invadió desde aquel día, cada tarde, cogía mi merienda la llenaba de besos y se la llevaba a Dios que se la había comido porque en la puerta de la ruinosa iglesia, no quedaba ni una miga de pan… y yo estaba convencida que Dios era el qué se la comía.
Cada tarde de aquella primavera fue un monólogo increíble el que tuve con Dios, estaba deseando que llegase la hora de la merienda, para ir a hablar con Él.
Madre no podía verme, estaba regando con Sabina enganchada a la noria y padre, aún no había llegado del Ejido, sólo estábamos Dios y yo. Le llevé mi bote de caracoles para que los viese, mi tortuga Cleo y siempre, siempre, con mis besos en el pan, le llevaba un ramillete de flores, campanillas, magarzas, dientes de león, todo lo que yo veía bonito era para Dios que dormía cansado en la vieja Iglesia...
Así viví unos tres meses hasta que una tarde mi padre me encontró gritando a Dios por la cerradura, en un parloteo interminable… ¡Dios, que cerca estabas de mí, que feliz era compartiendo mi merienda contigo y llenándola de besos …!
Mi padre me preguntó qué estaba haciendo y llena de felicidad, le conté que hablaba con Dios y como le llevaba la merienda cada tarde.
¡Mi padre me abrazó con fuerzas, y me dijo que Dios se iba a ir esa noche al cielo donde vivía, que podía hablarle bajito y siempre que quisiese, porque Dios nos escuchaba a todos siempre desde cualquier lugar. Mi alma se llenó aún más de luz y amor hacia Dios!
¡Y desde ese día mis charlas con Él, surgían por cualquier cosa, fue el mejor amigo de mi infancia y esa fe, enraizó con luz en mi alma, y ahora ella, me ha sacado del oscuro abismo!
Cualquier cosa que yo diga emborrona lo que has escrito. Solo diré que es mágico.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias Manuela, ese recuerdo me ha sacado de unos duros momentos que he vivido y permanecen vivos en mi alma, hasta puedo sentir la aspereza de la cerradura por donde hablaba a gritos con Dios.
EliminarMi cariño con un abrazo
Ángeles me dejaste sin palabras, el amor y la fe es nuestro escudo y nuestra fuerza. Y nuestro refugio es nuestro interior, allí acudimos cuando la fuerza no fallan, para así, poder vislumbrar nuestra propia luz y hacer que prevalezca la razón del corazón alumbrando nuestras sombras.
ResponderEliminarMe alegra tenerte por aquí, de nuevo.
Abrazos desde el corazón.
Así ha sido Cristina y nadie mejor que tú lo sabe, todo lo que hemos vivido en este mes y medio. Una noche que estaba totalmente herida, esta vivencia de mi infancia me llegó nítida y con olores, como si lo estuviese viviendo... y vi la gran fe de esa niña interior que habita en mí, ella hizo que abriese la ventana de mi alma y la de la habitación y mirando al cielo estrellado volví a vivir estos sentimientos.
EliminarUn abrazo desde el corazón.
Preciosa historia, recuerdos que nos ayudan, veo que has estado pasando momentos malos, y espero que ya este todo bien, como has estado ausente no se si te has enterado que Jesús, el marido de Rafaela (https://juidiabadia.blogspot.com/) falleció. Abrazos
ResponderEliminarEs cierto Ester, han sido dos horribles meses, Tony no ha estado bien, mas todo ha quedado en un enorme susto y no era nada de lo que se temía. Desconocía la muerte del marido de Rafaela, Dios mío, como lo siento.
EliminarGracias por decírmelo, voy a hablar con ella.
Y gracias también por tu comentario a mi entrada, esa vivencia me ha ayudado en la soledad de las noches en un hospital, esa niña que aún habita en mí, ha sido mi apoyo en momentos duros.
Un abrazo con mi cariño.
Maravilloso relato Angela, me he quedado envuelta en un halo mágico del que me cuesta salir, y es que con lo que escribes y este blog tan acogedor, es para quedarse a vivir y seguir leyendo tus hermosas historias. Esta concretamente es dulce y tierna y me ha recordado cuando vi de pequeña la película de Marcelino pan y vino.
ResponderEliminarUna vivencia preciosa llena de amor, y que solo las personas privilegiadas pueden vivirla de esa manera tan bonita y especial.
Espero que toda vaya bien.
Un gran abrazo.
Gracias Elda por tu comentario, estaba muy mal y de pronto el recuerdo de esa vivencia, me ayudó y me llenó de esperanzas, me volví a ver hablando con Dios por la cerradura de una vieja iglesia, con una fe infinita y eso me ayudó en mis peores momentos.
EliminarUn abrazo desde el corazón.
Muy tiernos recuerdos nos trajiste hoy, Angeles, no puedo dejar de pensar que alimentaste a alguien que lo necesitaba con esas meriendas, espero que sigas fortalecida por tu fe y salgas adelante, un abrazote!
ResponderEliminarMª Cristina, no sé quien se comería la merienda de Dios, lo importante es que yo creía que era Él y eso me llenaba de felicidad, revivirlo me llenó de esperanzas y luz.
ResponderEliminarLa fe de esa niña que aún habita en mí si me ha ayudado a salir adelante.
Cariños con un abrazo.
Hola Angela.. Precioso relato de un sueño o de un recuerdo maravilloso.. William Shakespeare decia;
ResponderEliminar"Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños."
Un abrazo.
Es un recuerdo llorenç, hay muchos momentos vividos que se quedan en la memoria del alma como besos de luz. Es preciosa la frase de William Shakespeare, no la había escuchado nunca y eso que me he leído casi todo lo mejor de su obra.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y el regalo de la frase.
Un abrazo con cariño.
Ángeles,tu relato es celestial!me ha emocionado tanto!!
ResponderEliminarbelleza y ternura,inocencia y amor se unen en plena armonía y sabios consejos a una niña tan linda como las de tus fotografías
Y la tia,si es de verdad,tiene una cara de simpática y buena mujer!!
Dios te ha dado luz y bendiciones y yo Le bendigo de tu mano
Besucos
Gó
Gracias Go por tus palabras, este recuerdo cobró vida en un momento muy duro que he pasado. El miedo era un gigante que no se iba de mi lado, cuando de pronto en la madrugada me acerque a una ventana...y vi el cielo estrellado y con alas de oro, tecordé cuando yo vivía y sentía que Dios era mi amigo y cuidaba de mí.
EliminarEsta vivencia me devolvió la fe y de pronto no me sentí sola, lloré como muchas noches hacía, pero ahora mis lágrimas eran con una infinita liberación del miedo y la luz de mi fe.
A veces en el latido del corazón, todo puede cambiar.
Un abrazo con mi cariño.
Oh, que bonito...
ResponderEliminarMe ha recordado a la película de Marcelino Pan y Vino.
Me ha gustado mucho este precioso relato de tus recuerdos infantiles.
Gracias por compartirlo.
Yo lo viví con la inocencia y la compasión que sentía al saber que Dios estaba en la vieja iglesia solo y cansado de cuidar el mundo se había dormido allí.
EliminarTe puedo decir Maripaz que me sentí envuelta en esos sentimientos de mi infancia. A veces los recuerdos bonitos no se van de la memoria del alma y surgen en cualquier momento.
Abrazos de luz.
Hermosa historia Ángeles, me has llevado a otro tiempo y me has hecho cruzarme con nostalgia, hay nostalgias que quedan grabadas en la mente, esas que nos hacen sufrir por las ausencias y esas otras que nos llenan de gozo.
ResponderEliminarUn placer leerte amiga.
Gracias por dejarme tu huella y carió en mi bloc.
Te mando un gran abrazo con mis mejore deseos.
Feliz viernes
Carmen, gracias por tus palabras, a veces los recuerdos bonitos cobran vida y se reviven con sentimientos, aromas y colores con los qué los vivimos la primera vez.
EliminarFue y ha sido una verdadera medicina para mí en momentos muy duros, y desde entonces, voy reviviendo pequeños detalles que me llenaban de felicidad, Dios era mi amigo y yo cuidaba de Él.
Desde el corazón, un abrazo.
Ángeles que bonito lo que escribes.
ResponderEliminarQue tengas buen fin de semana. Un saludo desde Almería
Trini, solo he abierto mi alma y ha salido esta vivencia que me ha llenado de fortaleza y fe. He sentido que volvía a ser esa niña inocente que llevaba la merienda de pan con chocolate a Dios.
EliminarMi cariño con un abrazo.
Me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarEs precioso y muy emocionante.
Un maravilloso recuerdo lleno de dulzura.
Un abrazo fuerte.
Gracias AMALIA, a veces surgen recuerdos bellos que nos hacen remontar negros abismos y en esta ocasión ha sido así. Me sentí acogida en esa inocencia tan pura y el amor que sentía por Dios.
EliminarCariños y feliz fin de semana.
Querida amiga. Gracias por tan tierno y bonito relato, que ha llegado a emocionarme.
ResponderEliminarCada día que te leo, me gusta más como escribes.
Un fuerte abrazo.
PD. Como he estado ausente dos meses, por lo que tu ya sabes; solamente decirte, que espero y deseo que lo de tu esposo, vaya todo bien.
Y dale un abrazo de mi parte.
Mil gracias Manuel por tus palabras, también te he dejado en tu blog que yo he estado ausente de este mundo virtual por una enfermedad de mi esposo, ha sido horrible y en la soledad de una de mis noches en el hospital, esta vivencia me envolvió con una infinita fe.
ResponderEliminarTony está fenomenal, era benigno y no necesita ningún tratamiento, ha sido un auténtico milagro, que ni los médicos lo esperaban. Todo ha quedado atrás y el terror ha huído en retirada.
Siempre un gran abrazo para ti.
Me alegro muchísimo de que todo se haya quedado en un susto, así que dale a Tony un fuerte abrazo de mi parte.
EliminarTienes unos sentimientos preciosos, eres bellísima, siempre lo he consiserado así y al compartirnos estos recuerdos veo con claridad las bases para ser como eres. Y sin duda son recuerdos que ayudan a surgir con fuerza en cualquier situación.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo muy cariñoso.
Mil gracias Sara por las palabras que me dices sin conocerme personalmente. Sólo intento caminar por el sendero de la vida, con las manos abiertas a la esperanza sin hacer daño a nadie. La integridad como persona y el amor son mi bandera.
EliminarUn abrazo con mi cariño
Ohhh, que bello relato.
ResponderEliminarLeo que lo has pasado mal, pero que parece que ya pasó.
Un fuerte abrazo .
Hola Chelo, es cierto que hemos pasado casi dos meses horribles, Tony ha estado mal, ya te lo contaré en un correo, gracias a Dios, nada era como se pensaba. Y en mis noches en el hospital, he tenido siempre mi fe como compañera... y recordé cuando yo hablaba a Dios, pues separado solo por una oxidada cerradura.
EliminarDesde el corazón, un abrazo.
Jeje me haz hecho sonreír mucho por los ojos inocentes con los que veías y ves al mundo. Me gusta esa transparencia, ese amor y esa luz que esa niña transmitió con desinterés y alegría. Ojalá más nos sintiéramos y actuásemos de ese modo.
ResponderEliminarLo único que me gustaría es que no se dejase de lado el aspecto femenino de Dios, La Diosa está en todo también, ese es el verdadero equilibrio.
Gracias por compartir este bello recuerdo.
No he cambiado en nada kadannek, soy una persona adulta y mis sentimientos han ido madurando conmigo, siguen en mí como siempre. Creo en la Parte femenina de Dios, de hecho, muchas culturas antiguas, adoraban solo a la Diosa, me atraen mucho como creían en su poder y en su contacto casi palpable...
ResponderEliminarGracias por tus palabras, lo hermoso es dejar huellas perdurables y sentir desde el alma lo que haces.
Un abrazo grande, eres un sol de persona.
Hola Ángeles. me alegro de volver a encontrarme con una entrada tuya- Mi amiga siempre dejas una huella de ti en lo lindo que escribes. Es un relato mágico lleno de inicencia y ternura, lo he vivido contigo- Me alegro que hayas pasado de las oscuras nubes.
ResponderEliminarDesde Chile un gran abrazo.
Gracias Halcón por tus palabras, hay veces que se recuerdan y viven momentos olvidados que un día nos llenaron de luz. Esto ha sido lo que me ha ocurrido a mí.
EliminarSi, parece que las nubes negras se han disipado y vuelve la esperanza perdida.
Un abrazo con cariño.
Tierno y magico lo que compartes. Saludos
ResponderEliminarGracias por dejarme tu huella en mi espacio. Sandra, así lo viví y así lo he vuelto a vivir.
EliminarUn abrazo con mi cariño.
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ResponderEliminarA veces me solía emocionar por cosas que claman desde lo más profundo. Era un niño sensible y muy impresionable de esas cosas que no comprendía pero que a uno le calan en el corazón de tal manera, que hoy siendo mayor, son guía de mi crecimiento espiritual y personal...
ResponderEliminarEl misterio forma parte de cualquier persona cuando alguien o "algo" le cuenta la historia o el cuento para vivirlos de tal manera, que la imaginación se prolonga en causar fascinación, miedo, angustia o aquello que merece la pena vivirlo sin tener un sentido de lo real a lo que pueda dar una claridad.
Hondo es el sentir cuando carece de palabra. La imaginación, la sensibilidad... crean imágenes que son sentimientos para un niño que no tiene esa idea para suponer una creencia enorme que de una manera u otra, ya forman parte de su corazón y su futuro cecimiento personal...
El camino de la vida nos aguarda así como también desvela cosas que son buscadas o encontradas al azar. Desde nuestra infancia, poseemos semillas en el interior y en nuestra conciencia son secretos por descubrir. Pienso que la madurez es muchas veces el resultado de todas esas cosas que pululan por nuestra cabeza hasta que algo real se afirma tal como es nuestra verdad mas indiscutible.
La verdad existe en el corazón. La edad madura busca esa verdad primigenia para no estar perdido ya que casi todo es infelicidad e inseguridad...Nuestra niñez parece ser un refugio que por muy inocente que sea, es verdad absoluta y entonces, ¿dónde está el educar si la finalidad de esta vida, consiste en sus principios?...Yo sigo en mi búsqueda mas pueril para palpar en mi edad adulta, la magia de la niñez...
Buscador, tiene razón en lo que dice, aquello que vivimos en la infancia, sea bueno o malo, nos deja una huella imborrable, que aunque pasen los años permanece vivo en la memoria del alma. Yo no tenia ningún juguete, no sabía siquiera que existían oreos niños como yo, pero fui inmensamente feliz, rodeada de todo lo que veía en la naturaleza y el amor que me dieron muchas personas, especialmente mi padre.
EliminarEn la edad adulta, tenemos semillas de todo lo que hemos ido sembrando en la vida y no es volver a la infancia, es ver con los ojos del alma, aquellas cosas que nos llenaron de luz y que permanecen con nosotros.
Un abrazo con cariño.
Imposible no sentir el relato y cómo iba Dios a rechazar el pan de amor multiplicado y el requesón que le ofrecía una niña inocente. Es un darlo todo, con el más puro ofrecimiento, el de unas manos y corazón limpio. Sin duda, Dios se ha acordado de ti en estos días difíciles por los que habéis pasado, y te ha recompensado por aquellos días en que sentiste su hambre y su soledad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amiga mía.
Hola Loli, hoy dede mi edad adulta, estos recuerdos me llenan de ternura, hacia esa niña inocente que iba descubriendo la vida y sacando sus propias conclusiones. Aún hoy siento una llamada en mi alma cuando voy a mi pueblo y tengo que volver a los lugares que me llenaron de luz y aunque todo esté cambiado por el paso del tiempo, lo esencial permanece inmutable en mi alma.
EliminarYa todo parece que está pasando y soo la fe, me ha mantenido en pie y con esperanzas.
Un beso desde el corazón.
¡Hola Ángeles!
ResponderEliminarQue rato más hermoso he pasado leyendo ese pedacito de monologo que forma parte de tu niñez.
No hay nada más tierno más bello que la inocencia de un niño y sin duda la fe nos ayuda a llevar los contratiempos que se presentan sin llamarlos, en el camino de la vida.
Es inmensamente placentero leerte, Ángeles, te felicito amiga.
Te dejo mi gratitud y mi gran estima, un abrazo y ten una feliz semana.
Gracias Marina por tus palabras, es cierto que la inocencia de un niño, le viste de un manto de confianza que llevará siempre y cuando hay momentos duros en nuestras vidas, ese amor y esa fe en Dios, nos ayudan y llenarán de esperanzas.
EliminarMi cariño con un abraso.
Que belleza, lo que puede la inocencia de una niña y su amor a Dios. Me has dejado emocionada y sin palabras. Gracias Ángeles por compartir con nosotros tu historia tan personal.
ResponderEliminartequendama
Gracias por tua palabras rosatequendama por las palabras que dejas en mi blog, es cierto que la inocencia es algo que llena el alma y con este sentimiento, todo es posible. Llegué a creerme tantas cosas que hablaba con cigüeñas, pájaros, caracoles y estaba convencida que ellos me escuchaban.
EliminarCon cariño un abrazo.
Muy hermoso lo que has escrito, lleno de fe e inocencia que son dos cosas maravillosas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Es cierto Mª de los Ángeles, estos dos sentimientos nos llenan de luz y aunque pasen los años, ellos permanecen vivos en la memoria del alma.
EliminarBesos con cariño.
Angeles, me he metido de lleno en la mente y el corazón de esa niña que sentía tan profundamente a Dios y me he emocionado. Asi eras tú, por eso eres así ahora, con una fé que mueve montañas y por supuesto el corazón de Dios, que sigue estando cerca de ti, compartiendo tu vida y tus pesares. Me alegro mucho de que hayáis salido del oscuro abismo y sintáis de nuevo la vida como un beso de luz...Todo lo que damos vuelve, así decía nuestra amiga argentina M.del Carmen, recuérdalo Angeles.
ResponderEliminarTe dejo mi felicitación por la intensidad,la generosidad y la buena literatura que nos dejas siempre, amiga.
Mi abrazo grande y mi cariño.
Ayyyy Mª Jesús, como lo sabes, cuando todo era oscuro y negro, cuando casi no podía hablar, mi monólogo con Dios, me daba fortaleza para continúar... esperando y confiando en Él.
EliminarRecuerdo muchas veces a Mª del Carmen, incluso he soñado con ella varias veces, creo que está en algún lugar lleno de colores y luz, porque ella sonrie siempre y brilla con su propia luz.
Un abrazo grande desde un lugar del corazón.
Aunque según me dices has estado mucho tiempo sin teclear en el ordenador, has vuelto llena de luz con una preciosa historia de tu niñez.
ResponderEliminarMe has hecho recordar que yo, con algo más de diez años, todas las tardes daba mi merienda a una anciana que pedía en una iglesia, pasaba por delante de ella todos los días cuando regresaba de clase y volvía a mi casa.
No quiero pasar por alto el agradecerte que te sigas acordando de mí, algún día despertaré y volveré a escribir, he de reconocer que me alegra recibir vuestras letras.
Cariños y buen fin de semana.
kasioles
Así ha sido querida Kasioles, hemos pasado un mes de oscuridad, pero ya todo está mucho mejor y sobre todo sin miedos.
Eliminarme has emocionado cuando cuentas que dabas tu merienda a una anciana... y es que creo que cuándo fuimos niñas, había otros valores que nos bañaban en inocencia y ternura y esas semillas han germinado en nosotros.
Ahora estoy contestando a esta entrada, y ya he visto que has vuelto a escribir, no sabes cuanto me alegro, primero por ti, por tu madre y por todos los que te queremos, el mundo de los blogs, no estaba completo, faltabas tú con tus palabras siempre de amor a tu madre y tus ricos platos con sabores.
Un abrazo con mi cariño.
Una historia increíblemente bella. Sin duda ha de venir de ese corazón puro y generoso de esa niña que aún eres tu
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias Isaac por tus palabras, mi hija dice muchas veces enfadada conmigo, ¡qué soy la madre Teresa de Calcuta en versión española! que me dan de hostias y me callo. Creo que tiene algo de razón, la vida es muy sabia y si nos han hecho daño, más tarde o más temprano, pasará la factura a esas personas que nos hicieron daño.
EliminarUn abrazo de luz.
Que hermosura Ángeles, que corazón desde tu más tierna infancia, eras un ángel, que hacia reír amar, y acompañar a Dios.¡ Cuanto gozo recibiría.!
ResponderEliminarAhora Angeles, El necesita de ese pan y chocolate, de ese amor limpio y continuo, El necesita que le amemos por los que no le aman, por todos los que le han traicionado, por todas las ofensas que recibe.
Me encanta leerte querida amiga, eres un cielo.
¡¡Gracias!! Un fuerte abrazo, y que EL te Bendiga.
Mariam, gracias por las palabras que me dices, desde pequeña sabía que Dios cuidaba de mí, que todo lo bonito que veía en la naturaleza ho había hecho Él. Y descubrir que estaba en la vieja iglesia durmiendo y cansado, fue lo más hermoso que pude vivir... ¡hoy creo que fueron semillas de luz que germinaron en mi alma y me han hecho como soy hoy.
EliminarMil gracias Marian, por existir en el camino de mi vida. Besos con mi cariño.
Un hermoso relato Ángeles, porque si lo pensamos fielmente, pequeños y grandes, ¿quién no ha hablado alguna vez con Dios? Unas veces solos en la iglesia, otras en la almohada, pero sobretodo en esos momentos duros y difíciles, cuando todo el cielo se te cae encima y te encuentras completamente desamparado, indefenso y perdido.
ResponderEliminarY hay que hablar con Dios, pero también con el prójimo y con los necesitados que también son sus criaturas no tan distintas de las otras.
Alguien me dijo una vez cuando era niño, que todo el que tiene en la boca un trozo de pan, nunca se acuerda de aquél que no lo tiene y son verdaderamente ¡tantos! y en tantos lugares
Un excelente relato, muy bien expresado y con un gran mensaje de ternura y de amor.
Deseo que todo te vaya bien amiga. Desde aquí te envío mi saludo y mi abrazo
Hola Juan, te estoy contestando ahor ay tú eres el único que sabe los motivos del por qué no he tocado los blog, de momento no ha ocurrido nada y he vuelto a despertarlos de su sueño.
Eliminar¿Sabes una cosa? Una vez me dijiste que habías estado en la iglesía del Cristu Bendito que canta Gabriel y Galán, yo he estado en ella varias veces, y siento una inmensa fe, creo que igual que la quesentía cuando llevaba la merienda a Dios.
¡Qué hermoso sería poder compartir el pan y el agua con los que no lo tienen, pero es cierto como decía nuestro inmortal Don Quijote, QUE EL HARTO NO SE ACUERDA DEL HAMBRIENTO...
Solo podemos hacer aquello que esté siempre en nuestras manos, para hacer un mundo mejor y en verdad podemos hacer mucho, no en Siria o en Irak, pero sí en las personas que están cerca de nosotros y nos tienden la mano pidiendo ayuda.
Un gran abrazo con mi cariño.
Un relato que es toda una emoción, bellamente escrita. Tiene ternura, amor e inocencia, tanta que llega al corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias mariarosa, creo que aunque no de esta forma que yo lo viví, todos podemos poner un poquito de amor, ternura y comprensión, con los que más lo necesitan.
EliminarUn abrazo.
Me alegra que evocar esa vivencia de tu infancia haya mitigado estos momentos pasados y que todo al final vaya bien.
ResponderEliminarUn abrazo Ángeles y gracias por tu visita.
Sí Ángela, ya han pasado las negras nubes que presagiaban una gran tormenta... Hay veces que la vida se pone oscura, más de nuevo vuelve a brillar el sol.
EliminarBesos de luz.
Que bonita, ingénua y comovente es tu historia, tus conversas con Dios!
ResponderEliminarQue bueno que podes hablar con Ele sempre k quiseres y for preciso.
Besos y buena semana, querida Ángeles!
Esa vivencia que duró unos tres meses, jamás la podrñe olvidar, no sé ni tan siquiera describir los sentimentos que me llevaban cada tarde a hablar con Dios, pero fueron los más felices de mi infancia, porque creía y vivía que Él estaba dentro de la iglesia y se comía el pan con chocolate que dejaba en la puerta de ella.
EliminarDesde el corazón, un abrazo.
Muy hermoso, amiga. Que bello tener los recuerdos tiernos que tu tienes. Que ternura abunda en su corazón.
ResponderEliminarDios te bendiga. Un fuerte abrazo
Siempre creía que Dios vivía en el cielo, así me lo decía mi padre y desde allí cuidaba de todo y de todos, pero al decirme la "tía Rita" que estaba en la vieja iglesia durmiendo porque estaba cansado, mi pequeña alma se desbordó en amor y tejió una experiencia llena de inocencia y luz.
EliminarAbrazos de paz y luz.
Ay, Ángeles. Anoche pasé por aquí y quise dejarte un comentario pero lo perdí antes de publicarlo. Como era tarde lo dejé para hoy y aquí estoy. Quiero decirte que tu relato me encantó y me emocionó. es un relato lleno de ternura, inocencia y un amor infinito. Te felicito por tu bello recuerdo y por lo bien que lo has expresado.
ResponderEliminarDicen que la fe mueve montañas y es verdad. No nos podemos hundir por nada del mundo, sino todo lo contrario, tener fe y esperanza.
Deseo que tu marido ya se encuentre recuperado del todo y me alegro que solo fuera un susto, aunque esos días tan amargos también hacen daño.
Pero ya está, ahora a seguir adelante y ánimos.
Te dejo un fuerte abrazo y todo mi cariño.
Eres un cielo Piedad, tú sí que tienes una inmensa fe, esa que nos ayuda en los momentos difíciles. Mi marido ys está bien, han sido días de mucho terror, pero no era lo que tanto se temía. He recibido tu correo y me has hecho llorar con tus palabras.
EliminarSiempre mi cariño.
Cuanta ternura querida amiga hay en tu gran corazón. Déjate amar por Dios, El te ama intensamente, eres única para El.
ResponderEliminarGracias Ángeles. Un fuerte abrazo. Dios te bendiga.
Tú si que eres única Marian, tus palabras son siempre como un balsamo que llegan al alma y tu fe, un faro que ilumina en las tinieblas.
EliminarDios te bendiga mi amiga. Un abrazo de luz.
Cuán necesario es mantener la dulzura, la calidez, la ternura en estos tiempos difíciles en lo cuales abunda mucho la rivalidad y la violencia. Sin duda, aquí en tu casita y e tu corazón abunda a manos llenas, Ángeles.
ResponderEliminarMuchas gracias por ser un embajador del amor.
Dios te bendiga en abundancia.
Gracias Eugenie por tus palabras, es cierto que estamos viviendo en un mundo muy violento y con muchas violaciones de los derechos humanos.
EliminarY los niños que sufren... ellos son tan especiales que el mismo Jesús dijo..."DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MÍ, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS"
Me ha encantado cuando me llamas EMBAJADOR DEL AMOR... Creo que solo el amor puede cambiar el mundo en que vivimos.
Bendiciones de amor y luz.
Me encantó este cuento relatando la inocencia de una niña, siempre la llevamos dentro. Un beso y gracias por visitarme.
ResponderEliminarEs cierto Lia, que todos llevamos dentro a nuestra niño/a interior y es maravilloso hablar con ella, darla la mano y compartir sentimientos que como adultos hemos ido cogiendo de la vida.
EliminarMi cariño con un abrazo.
Siempre nos sorprende la inocencia y la ternura que tienen los niños. Tu relato me ha recordado a "Marcelino, pan y vino" Ojalá nunca olvidemos y sepamos conservar el niño que un día fuimos y llevamos en nuestro interior...
ResponderEliminarLeerte ha sido un verdadero placer y te felicito por ello, tu niña interior aún sigue presente en ti y eso dice mucho de ti... Un gran abrazo
Lo que dices Enca es cierto, mi niña interior siempre está presente en mí, no quiero que se vaya nunca, ella tiene ternura, inocencia, fantasía, risas y rayos de sol... y me hace ser mejor persona y caminar por el sendero de mi vida con las manos abiertas a la esperanza.
EliminarUn abrazo con mi cariño.
Qué precioso el relato de la niña que hablaba con Dios. te felicito y gracias por pasar por mi blog. Cariños de Lillian, desde Chile.
ResponderEliminarDesde Madrid, España, te envío también mis gracias por tus bonitas palabras, hablar con Dios aprendí a hacerlo desde muy niña y esa niña continúa habitando en mi.
EliminarBesos con cariño.
los recuerdos son las pinceladas que nos deja el alma para revivirlas lo hermoso es sacarlas a la luz como tu Angeles y hacernos vivir a todos momentos tan tuyos llenos de la sensibilidad y el amor que en el descubrir de la vida pone la mirada de la niñez , felicidades por compartirlo , mis saludos y un fuerte abrazo . jr.
ResponderEliminarJosé Ramón, son muy ciertas tus palabras, hay momentos que dejan una huella imborrable en el alma y más si son niños, es que se llegan a percibir los colores, los aromas y hasta el sol que brillaba en esos recuerdos. Yo siempre digo que los más bellos recuerdos, no están en las fotografías ni en nuestra cabeza, los tenemos en el corazón, por eso duran mientras este continúe latiendo.
EliminarUn abrazo con cariño.
Cuanto amor acumulado desde la temprana infancia en la línea del amor divino, en ese despertar del espíritu y que se graba por siempre en el alma y de ello fluye la energía que alienta y nos leva adelante...
ResponderEliminarLos niños y niñas en esa edad pura es cuando realmente conectamos con el Señor y esa reconexión nos tira adelante hasta este tiempo.
Saber que nunca hemos estado solos , que cuando nos deja la mano de los padres carnales, tenemos ahora las mejores manos de donde sostenerse y seguir adelante porque El nunca nos dejó.-
Maravilloso escrito.
Refuerza mi espiritualidad de pequeña a este hoy.
Un gran abrazo.
Meulen, cariño, siembras espiritualidad y luz con cada una de tus palabras, es una maravilla el haberte encontrado en este infinito universo de los blogs. Me alegro que estés en el camino de mi vida, porque es una inmensa alegría leer tus palabras y tus poemas, que por cierto, ahora son bellísimos.
EliminarTienes esa fe que es capaz de mover montañas, tienes un alma de luz mi amiga.
Desde el corazón, un abrazo y mi cariño.